La lectura es sólo una,
porque leerte si puedo.
Caminar por tus palabras
a lo largo de tu cuerpo.
Tus páginas son las alas
que me llevan a tu pelo
flotando ya entre las nubes
que juegan con los luceros.
Mis manos pasan las hojas
con parsimonia de ciego
y mis sentidos se abren
para captar lo que veo.
Por eso mis pies se elevan
desde mi casa hasta el suelo
y camino en la penumbra
de tu piel pura, y te leo,
y entiendo lo que me dices,
y sueño también tus sueños.
Porque dos almas unidas
siempre se ocultan del cielo.