lo dejamos siempre atrás.
por perdernos nos lanzamos
a recorrerlo, sin más.
El camino hay que tocarlo
para poderlo pasar.
Cuando dejamos la casa
y nos lanzamos a andar
pensamos que a lontananza
se vislumbra bien el mar.
Un mar de adobe, sin ruido
para poder descansar.
Pero la suerte perdemos
cuando todo el caminar
se dibuja en un granero
que no tiene que granar.
Un camino que no hacemos
Y lo olvidamos sin más.
Es precioso!!!!!!!
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