lunes, 27 de diciembre de 2010

Vida


Somos como hojas que el viento las lleva,
cargadas de todo lo que aconteció.
Somos como un pájaro que alza su vuelo
y desciende raudo sintiéndose un dios.
Nacemos del árbol que todo lo sabe.
Volvemos al nido que nos dio calor
Y saltamos alto, por entre las nubes,
para ver la cara del mismo creador.
Y somos felices, o quizá dolientes,
pero nos alzamos siempre con tesón.
Porque somos hombres y resistiremos
las duras lanzadas de la creación.
Y cuando ese día de luz taciturna
alcance mi casa y busque mi son.
Me levantaré tranquilo y pausado
y le daré solo mi ultimo adiós.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Miradas


Desde mi ventana veo los cipreses
que alzan sus manos rozando ya el cielo
como aquél que busca en vano placeres
en la más profunda soledad del tiempo.
Y sigo mirando y observo un milano
que levanta el vuelo directo hacia el Sol
y en su desconsuelo no mira hacia abajo
donde fluye el agua de la bendición.
También veo un perro que pasa ladrando
y un gato que huye delante de él
y si miro bien y no miro alto
veo un montón de hombres que corren tras él.
Dónde está el amigo, ese que te espera
para en tu amargura penetrar y ver.
Dónde está la risa, dónde la quimera.
No logro encontrarlas y caigo también.
Pero me levanto y sigo mirando
Y veo tu sonrisa y observo tu luz
que me envuelve todo en un haz divino
en el que el vacío jamás penetró.

martes, 7 de diciembre de 2010

Otoño


El agua calmada resbala por los cristales
de mi ventana.
Las hojas esparcen su apagado amarillo
por el suelo.
El viento desciende a través del horizonte
hasta mi casa
y un olor dulce y caliente a castañas 
se dispara.
Cuando yo era niño
el mundo cantaba.

lunes, 13 de septiembre de 2010

A

Desde la inmensidad del universo
aparece el hombre.
Desde lo mas profundo del alma.
se alcanza el mañana.
Desde lo mas liviano del mundo,
se divisa el futuro,
Desde lo más hondo del pensamiento,
aparece el deseo.
Desde lo más superficial del hombre,
se observa el universo.

lunes, 5 de julio de 2010

Bolero viejo

Perdida tengo el alma para hablarte
de todos mis anhelos tan lejanos
y mi mano tendida hacia tu mano
desde el fondo se alza en estandarte

Escondida está el alba tan lejana
donde la Primavera se perdía a lo lejos
y en la luz inmensa de aquel día tan viejo
se juntaba ya el hoy y se perdía el mañana.

Pero tú amada mía estás tan lejos
de mi cuerpo y tan cerca de mi alma
que por tí necesito ser más viejo
para poder tocarte y ver tu cara
y romper ya por fin aquel espejo
que dibujaba mal tu hermosa alma.

viernes, 9 de abril de 2010

Lectura de todos los hombres

La lectura es sólo una,
porque leerte si puedo.
Caminar por tus palabras
a lo largo de tu cuerpo.
Tus páginas son las alas
que me llevan a tu pelo
flotando ya entre las nubes
que juegan con los luceros.
Mis manos pasan las hojas
con parsimonia de ciego
y mis sentidos se abren
para captar lo que veo.
Por eso mis pies se elevan
desde mi casa hasta el suelo
y camino en la penumbra
de tu piel pura, y te leo,
y entiendo lo que me dices,
y sueño también tus sueños.
Porque dos almas unidas
siempre se ocultan del cielo.

domingo, 4 de abril de 2010

Lectura del hombre vacío


Mis raíces me atrapan, me pegan al camino 
y yo intento escapar, burlando mi destino
que se encierra en su concha de puro magnetismo,
pero sólo desplazo, mis enmarañados nidos.
Tus canciones me llevan a tu mar, por el mío,
buscando la penumbra que alumbraba el camino.
Y alcanzo a ver la noche, con sus luces de hilo,
como cuando cantaba y nadaba en mi río.

Lugo me desperté, y caminé dormido,
buscando entre la gente, tu rostro conocido.
Pero me desespero y no encuentro el camino
que me conduzca a ti, como una espiga al trigo.
Y acierto a ver el día con sus rojos racimos,
que avanza a toda prisa, a situarse al estío
y yo me quedo sólo, sin saber dónde has ido,
mientras tú te desplazas, y se queda el vacío.

lunes, 8 de marzo de 2010

Lectura del hombre encantado


Avancé despacio al alba despierta. Caminaba lento mis pies se agostaban. Y ya mi cabeza flotaba al desierto. Del aire cargante de la madrugada.

Buscaba la rosa del color perfecto. Mis cinco sentidos abiertos al mundo. Pero mi mirada se paró en el muro. Desierto del hombre que no dice nada.

Y fue ya vencido mi cuerpo desnudo. Por el anaquel que soporta al lirio. De tan claro y blanco que resulta vidrio. En un gran panal de luces cerradas.

Te di mis mejores oropeles gualdas. Para tu vestido color azabache. Y resultó tanto el dolor sentido. Que murió la pena que lo sustentaba.

Pero al despertar, sólo y sin amigos. La venganza surge de dentro de mi alma. Y los animales que anidan mi cuerpo. Rugen como toros que escapan al agua.

Vencido mi cuerpo. Desnuda mi alma. Mis ojos sin perlas. Mis manos sin ramas. Después de esta noche. Dejaré mi casa. Y me iré muy lejos. Más allá del alba.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Lectura del hombre escuchado

Fuente Agria de Pórtugos (Alpujarra de Granada)
Nacimos del tallo del olmo silente. Caminamos juntos buscando la muerte. Hermanos cantad que Utopía nos llama, nos abre sus puertas su mente, su alma y crecemos todos de la misma rama.

Yo era argonauta y el mar mi morada. Mi buque cansado alcanzó tu playa. Salté a la arena, mi piel se quemaba, pero mi conciencia sin ti no avanzaba, me quedé varado buscando mi alma.

Tú tenías frío, tu rostro quemaba. Dibujé la luna detrás de tu cara. Y mis ojos grises de arena dorada escapaban solos hacia alguna cala donde los delfines juzgaban al agua.

Mares de los sueños, mares de la calma. Miro hacia el abismo y veo tu casa. Te encuentro en mi mente, te acojo en mi almohada, donde cinco elfos velan mi añoranza.

Y todo fue un sueño, un sueño del alma. La luna calló, el Sol vio mis canas. El mundo del hombre quedó en las montañas, donde los peones trabajan al alba y los niños juegan a ser de hojalata.

viernes, 29 de enero de 2010

Lectura del hombre reescrito


                                                       Pintura de Celestino Mesa, artista canario

Miraba tu mano y yo te leía. La palma tenía toda su existencia. Los dedos surgían como fuertes robles del bosque lejano de humedad baldía y me imaginaba tu dorso desierto sin agua ni sombra. 
Miraba tu mano y yo te leía.

Descubrí tu rostro por casualidad. Mis ojos miraban hacia el mar profundo. Mis grandes pupilas lejanas y azules buscaban tu miel que asaltó mi cuerpo, mientras que mi barca perdía el horizonte.
Descubrí tu rostro, por casualidad.

Abrace tu cuerpo y vi mi futuro. Mis brazos rozaban tus arados surcos. Me vi en mi alegría, la risa de un niño, mientras mi existencia golpeo mi cara, sin saber jamás lo que tiene el alma. 
Abracé tu cuerpo y vi mi futuro.

Regresé mis pasos perdidos de luces. Mis desnudos labios sintieron el frío. Mientras mis hermanos dormían su sueño y el viento del norte rozaba sus puertas, sin reconocer la edad de su gente. 
Regresé mis pasos perdidos de luces.

Cantaba contento la canción más bella. Y tú te alejabas despacio y corriendo. Mi mente vagaba entre las adelfas y me consolaba sintiendo su aroma, sin reconocer su mortal perfume. 
Cantaba contento la canción más bella.

Y caminé solo mi propia existencia. Los demás venían andando despacio. De pronto mi vida me lanzó un aviso, mi cansado oído no escuchaba nada, el pitido agudo pasaba de largo. 
Y caminé solo mi propia existencia.

Despliego las alas, mi vuelo es terrestre. Me elevo soñando y busco mi mente. La gente camina con paso medido, sin salir del marco que otros pintaron, sobre la fría nieve que envolvía mi lienzo.
 Despliego las alas, mi vuelo es terrestre.

No supe leer el libro del hombre. Mi vida discurre cerca de su meta. Mis cansadas piernas no escuchan más órdenes y mi corazón se apaga en la pena, de tener un mundo sobre mis espaldas. No supe leer el libro del hombre.

Tú estabas conmigo, junto a mi morada. Mi barca partía y yo la ocupaba. Mis ojos decían lo que te enfadaba y yo no podía decirte ya nada porque mis pupilas solas se cerraban. 
Tú estabas conmigo, junto a mi morada.

jueves, 21 de enero de 2010

Perdidos en la sombra

Anoche nos perdimos en la sombra.
Color de primavera en unas flores,
que otoño a pie de invierno aconsejaba,
ni tú ni yo pudimos impedirlo:
anduvimos a tientas por las calles
de un mundo casi niño y sin esquinas,
y colgamos la idea en los faroles
apagados, que de la cal prendían.
No sé si nos salvó la suficiencia
de mirar y mirar siempre en directo:
lo cierto es que nos vimos de la mano
cogidos, caminantes ya del alba.
(poéma de Nicolás del Hierro)


Nicolás del Hierro nació en Piedrabuena, Ciudad Real; en 1934. A la edad de veinte años, dejó su lugar de nacimiento para venir a residir en Madrid. Es poeta, escritor, conferenciante y crítico literario.

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23 de abril de 2008 Proyectos realizados en Affter Efects por los alumnos de 3º de la Diplomatura de Diseño Gráfico y Producción Multimedia

La pelota que arroje cuando jugaba en el parque, aún no ha tocado el suelo

Vídeo Querencia MundanaCanal de QuerenciaMundana.29 de marzo de 2009 Gente grande cabalgando la sombra del potro de la fuente que hay en la plaza. Y niños jugando. Dylan Thomas: La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque / aún no ha tocado el suelo. Mario Benedetti: Aquí seguimos / los niños y los viejos / irresponsables. Localización: Plaza del Potro, Córdoba, Andalucía, España