Somos como hojas que el viento las lleva,
cargadas de todo lo que aconteció.
Somos como un pájaro que alza su vuelo
y desciende raudo sintiéndose un dios.
Nacemos del árbol que todo lo sabe.
Volvemos al nido que nos dio calor
Y saltamos alto, por entre las nubes,
para ver la cara del mismo creador.
Y somos felices, o quizá dolientes,
pero nos alzamos siempre con tesón.
Porque somos hombres y resistiremos
las duras lanzadas de la creación.
Y cuando ese día de luz taciturna
alcance mi casa y busque mi son.
Me levantaré tranquilo y pausado
y le daré solo mi ultimo adiós.
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