Desde mi ventana veo los cipreses
que alzan sus manos rozando ya el cielo
como aquél que busca en vano placeres
en la más profunda soledad del tiempo.
Y sigo mirando y observo un milano
que levanta el vuelo directo hacia el Sol
y en su desconsuelo no mira hacia abajo
donde fluye el agua de la bendición.
También veo un perro que pasa ladrando
y un gato que huye delante de él
y si miro bien y no miro alto
veo un montón de hombres que corren tras él.
Dónde está el amigo, ese que te espera
para en tu amargura penetrar y ver.
Dónde está la risa, dónde la quimera.
No logro encontrarlas y caigo también.
Pero me levanto y sigo mirando
Y veo tu sonrisa y observo tu luz
que me envuelve todo en un haz divino
en el que el vacío jamás penetró.
Siempre que miro por mi ventana me pregunto...
ResponderEliminarsi el mundo que se asoma a nuestros ojos está en el tiempo realmente, ocupando su espacio, o está grabado en nuestras retinas, en ese haz de luz que ocupa nuestro interior y envuelve todo nuestro universo de risas y tristezas.
Si el mundo es un espejo, o una fantasía inventada, nuestro devenir sería lo que alguien en su infinita sabiduría pensó. No me gusta y me revelo ante semejante idea, aunque se con cierta certeza que yo soy lo que soy, y soy lo que mis circunastancias me dejan ser.
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