lunes, 7 de febrero de 2011

Enamorados

En el fondo de mi alma, en un rincón,
tengo un hueco, mi amor, para adorarte
y una vida dormida en un arcón
que espera despertarse para amarte.
Porque sin ti, amor mío, yo no existo
sin tu haz de minúsculas estrellas
mi barco va sin rumbo hacia el abismo
donde el Sol de entremezcla con la arena.
Quiero alzar mi mirada y encontrarte
porque tú eres el aire que respiro
y sin tu luz ya el camino es baldío,
largo, duro, casi impenetrable.
Eres el faro que guía mi nave,
el mapa que dirige mi andadura,
el lucero que monta mi montura,
el norte, el sur, el fin de mi viaje.
Quiero alcanzar el azul de tu mirada
Y me quedo en el cobre de tus labios
para al final descubrir que tú me amabas
sin pedirme nunca nada, en solitario.
Algún día llegare a tu puerto
y amarrare mi barco a la deriva
cerca del malecón, junto a ese puerto
en donde el Sol está buscando al día.
Y ahora voy por las rutas de la vida sólo,
intentando encontrarte una vez más
sin sabe ni siquiera dónde estás,
sin conocer tú norte, ni tú guía.
Pero sé que tú estás esperando
a que tu ruta se cruce con la mía
y que en un despertar de enamorados
se enlacen nuestros cuerpos y nuestra vida.

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